Pensarnos desde la radicalidad de los afectos
desde las potencias de cuerpos
que aún desconocen el fingimiento
el miedo
y el pecado.
Volver a ser inocencia a merced de lo encuentros.
Crear la palabra que nazca pura
para darte tan bello nombre
y el honor
de mancillarla en estos lodos,
de darle la bienvenida a la vida.

Herida en su esencia la fantasía
cae el deseo fulminado
desvelando un cuerpo agazapado
en el último bastión de la cordura.

Si todo esto no es sino un sueño
un arduo intento por no desesperar
por no dejar marchar de mí estas partes que gritan que aún te añoran
aunque ya te haya olvidado.

Mantener con fuerza los delirios que me atrapan
para que la insistente soledad acalle.

Y aún tiene osadía la verdad
de pretender venir a alumbrar los caminos
de estas noches de insomnio.
Ignora
que yo solo batallo ya por unas horas de sueño
por poder habitar en la proximidad de la ficción
en la que aún eres alguien,
en la que aún tienen sentido estas letras que te escribo.

Desborda las fronteras
este deseo acumulado
impotente
y ficticio,
en busca del cuerpo sobre el que impactar toda lujuria.

Me arrastran las corrientes
hacia epicentro de la vorágine,
del orgasmo soñado
que no llega
que no cesa.

Larga vida a la imagen
que logró sobrevivir
entre tanto recuerdo yermo.

Supongo que así es como sabe el exterminio de los cuerpos
extenuados por la culpa
y la pregunta
de si acaso algo de todo esto
fue
algún día
verdad
              o tan solo el delirio
la necesidad
de un refugio entre tus pechos
en esta noche desbordante de delirio infame.

 He descansado en una lluvia de septiembre
 y vuelto a tropezar en un baile sin ritmo
 al que sólo la bilis sobrevive.

Pero siguen sin desenredar las mentiras que me narro cada noche.

Deseo desnudar tu cuerpo
limpiarlo de la mugre de ayer
que llegues sin memoria a estos versos que te aguardan,
pero mis manos
el ímpetu
el anhelo
mueren de vértigo sobre tus entrañas

Quizá no seamos más que esto
dos náufragas perdidas entre las sábanas
siempre a medio camino del sueño
tostadas bajo el sol de las veredas que cultivamos cuando aún creíamos en el cine
              pero ya no soñamos
ya no creemos
estamos a la deriva
despojada de incertidumbre
pero también de identidad
              como vinimos al mundo
solas
y con un nombre
en el que no cupieron nuestras vidas.

Amores escondidos en los recuerdos
de rechazos no dichos,
de olvidos siempre a destiempo.

Persecuciones delirantes
tras los pasos del deseo cuando marcha,
cuando ya te has ido
y no quedan sino restos de versos sueltos
de notas en los libros
de veranos cabalgando sobre lo que pensamos imposible
y lo hicimos
logramos olvidarnos al unísono.

Ensoñaciones

Si acaso yo pudiera encapsularte en mi memoria.

Ser fiel a cada uno de tus gestos
y no desfigurar tu mundano cuerpo
a través de todas sus posibilidades
que no son
que tú no eres aquello que podrías haber sido.

Sin embargo
te veo
y trasciendo tu mirada.
-cuántas oportunidades perdidas-.

El drama del tiempo no es que se pierda
es que ni tú
ser endiosado por mí
podrás batallar en su búsqueda.

El drama del tiempo no es que se pierda
es
que diluye inevitablemente en la existencia
y que tú
tú jamás pediste
ser aquello que yo imaginé.